La muerte que cayó del trueno – video #Taromenane

Tras un contacto aparentemente pacífico, los ancianos decidieron que los misioneros también debían morir como todos aquellos que invadían su territorio. Yohui Tani, quien tenía 15 años en ese momento, no olvida el día en que su lanza se llenó de sangre cowori. Así empezó el contacto waorani, que posteriormente representó problemas para los waorani como la aparición de enfermedades desconocidas (como la poliomielitis). Sin embargo, una de las secuelas más graves fue revelada recientemente: fueron tratados como conejillos de Indias para experimentos científicos y su material genético fue extraído para ser investigado.


Documental producido por El Vistazo

Territorio de la Comunidad indigena de Sarayaku (Pastaza)

Sarayaku es una comunidad Kichua de la parte sur del oriente ecuatoriano (Provincia de Pastaza), que se asienta a las orillas del río Bobonaza. Es protagonista de una de las luchas más emblemáticas de los pueblos ancestrales en las Américas frente a las empresas encargadas de explotar los recursos naturales sin algún tipo de limitaciones respondiendo a la lógica extractivista del capitalismo.

Territorio de la Comunidad indigena de Sarayaku (collectivo de geografia critica, Quito)

La historia del caso particular de esta comunidad es una fuente de inspiración para aquellos encargados de denunciar las graves consecuencias de la acumulación por despojo ya sea cualquiera que fuese su vínculo.
La gestión de Sarayaku alcanzó a un pronunciamiento de la Corte Interoamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la expulsión de la empresa petrolera que habría ingresado al territorio por la fuerza, sembrado explosivos de alto poder para la exploración sísmica hidrocarburífera, entre otros atropellos.
El mapa que se presenta a continuación es la delimitación del territorio de la comunidad Sarayaku y la ubicación de las especies forestales para las cercas vivas del mismo. Este mapa es parte del plan para el Buen Vivir o Kawsak Sacha que se ha creado como uno de los resultados de la organización comunitaria para la defensa del territorio.
Fuente:  colectivo de geografia critica de Ecuador

Para destruir el bosque tropical, basta abrir una carretera.

RoadFree – It takes just one road to destroy a forest.
By RoadFree

Watch the RoadFree film to find out about how roadbuilding is destroying Earth’s last intact forests. To learn more, please visit www.roadfree.org. Video produced by Daniel Bird.

Las tribus amenazadas por el oro negro en Ecuador

MEDIO AMBIENTE: Relación entre la explotación petrolera y las masacres entre los indígenas

Una madre alzando a su hijo. | EDUARDO QUINTANA

Una madre alzando a su hijo. | EDUARDO QUINTANA

FUENTE: El Mundo

AUTOR: Daniela Anguilar – Madrid

“De tanta gente que matamos, quedamos como mareados. Creo que a uno le cortaron la cabeza, pegaron algunas cabezas con un palo y así reventaron a dos hombres”. Es el relato de uno de los waoranis -indígenas ecuatorianos que vivieron en aislamiento hasta finales de 1950- que protagonizaron una matanza que terminó con la vida de más de 20 personas que viven ocultas en la selva amazónica.

“Una masacre terrible, sobre todo de mujeres y niños”, asegura el sacerdote vasco Miguel Cabodevilla, coautor del libro ‘Una tragedia ocultada’, que recoge el escalofriante relato y arroja luz sobre el suceso ocurrido el pasado 30 de marzo.

Entonces, un grupo de waoranis se introdujo en el espesor de la selva para vengar la muerte de dos de los suyos que cayeron lanceados por los Taromenane, como se denomina a uno de los dos clanes que viven ocultos y dispersos en el Parque Nacional Yasuní. El otro clan es el Tagaeri.

Según Cabodevilla, la relación entre la presión territorial que genera la explotación petrolera y las masacres actuales es evidente, “pienso que no admite discusión”. “Es cierto que esos pueblos han peleado entre sí antes de la industria petrolera, pero ahora su territorio ha quedado fatalmente reducido”, asegura este misionero radicado en Ecuador desde hace 35 años, que además denuncia que funcionarios gubernamentales tachan la matanza de ‘presunta’ pese a que está documentada con fotos y vídeos hechos por los propios autores.

De los pueblos ocultos no se sabe cuántos son ni dónde están, pero sobre ellos recaen las miradas del país y el mundo, después de que el Gobierno ecuatoriano anunciara el pasado 15 de agosto la explotación de los bloques petroleros ITT y 31, cuyos límites rebasan la Zona Intangible Tagaeri Taromenane (ZITT) creada para protegerlos.

Los ocultos van desnudos, con una cinta de algodón atada a la cintura; son cazadores natos que se alimentan de monos, pecaríes y aves; tienen cultivos incipientes de tubérculos como la yuca; fabrican lanzas de madera de chonta que adornan con las plumas multicolores de los papagayos; y viven en casas de unos 15 metros de largo por 7 de ancho, construidas enteramente con hojas y con una estructura interna de madera. “Unos fogones se mantienen dentro de la casas, que puede alojar a varias familias. El humo ayuda a conservar las hojas y hace también de impermeabilizador”, explica el antropólogo ecuatoriano José Proaño, quien los califica de seminómadas. Para él, la vida que llevan los pueblos ocultos es similar a la que llevaban los waoranis antes del contacto que califica de negativo: “Hemos sido muy irresponsables al momento de sacar a estos grupos de la selva y simplemente arrojarlos de una manera muy marginal a nuestra sociedad”, asegura Proaño.

Con eso coincide la antropóloga e investigadora de la Universidad de Oxford Laura Rival, quien agrega que los pueblos aislados son anarquistas. “Cuando hay un problema que no pueden resolver, se marchan. Este aislamiento relativo puede durar 5 años, 30 años ó 100 años». Rival considera que el apartamiento se ha radicalizado por las alteraciones que la explotación petrolera produce en su entorno.

La ZITT creada dentro del Parque Yasuní mide 758.051 hectáreas, a la que se suma una franja de amortiguamiento 10 Km. a lo ancho (467.530 ha). De esa área, 321.314 ha corresponden a los bloques ITT y 31.

Pese a que la Constitución prohíbe en su artículo 57 “todo tipo de actividad extractivista” en territorios de pueblos aislados, al menos cinco bloques petroleros están dibujados sobre la Zona Intangible y de Amortiguamiento. Hay cuatro pozos identificados dentro de esa área y otros 27 a una distancia de menos de 10 kilómetros, según el estudio Validación geográfica de la ZITT publicado en la revista científica ‘Plos One’. Uno de los autores, el geógrafo italiano Eugenio Pappalardo, asegura que para tomar “medidas efectivas para tutelar los derechos” de los pueblos ocultos se debería tener en cuenta la complejidad de su territorio.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, estima que los ingresos por la explotación serán de 18.200 millones de dólares (unos 13. 464 millones de euros). Fondos que destinará “luchar contra la pobreza”. Además asegura que la extracción “afectará menos del uno por mil del Yasuní”.

“En todos los procesos de evaluación ambiental no se considera solamente el espacio físico ocupado por parte de las instalaciones, sino la área de influencia del impacto ambiental”, dice parte del último informe presentado por Pappalardo y su equipo.

La frontera extractiva avanza en el Parque Nacional Yasuni

Exclusivo: Espectaculares fotografías aéreas revelan que la construcción de carreteras en el Ecuador entra más profundamente en la selva tropical más rica de la Tierra (Parque Nacional Yasuní)

Commentary by Matt Finer, Varsha Vijay, Salvatore Eugenio Pappalardo, and Massimo De Marchi

special to mongabay.com    November 12, 2013

En agosto de 2012, los fotógrafos profesionales Ivan Kashinsky y Karla Gachet se encontrabanen una misión para National Geographic en el Parque Nacional Yasuní, probablemente la selva con mayor biodiversidad en el mundo. Una vez allí, hicieron tomas aéreas sobre una zona conocida como Bloque 31 (ver mapa), una polémica concesión petrolera que se encuentra en el corazón del parque, en el preciso momento en que la compañía petrolera nacional, Petroamazonas, estaba construyendo en secreto una nueva carretera de acceso.
Photo #1 © Ivan Kashinsky.

En su edición de enero 2013, en la que destacaba la biodiversidad del Parque, National Geographic publicó sólo una de esas fotografías, dejando muchas imágenes impresionantes fuera del ojo público. Aquí presentamos una serie sorprendente de estas imágenes inéditas que proporcionan una vista a vuelo de pájaro de la incursión industrial en el núcleo de una de las áreas protegidas más importantes del planeta.
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Estas fotografías son especialmente críticas en este momento porque, tras el promocionado fracaso de la Iniciativa Yasuní -ITT, creemos que Petroamazonas planea construir aún más carreteras de este tipo en el parque. Este es el fundamento de nuestra preocupación:

 Está bien documentado que las carreteras son la principal causa de deforestación tropical, especialmente en la Amazonía ecuatoriana. Los nuevos caminos de acceso desencadenan una serie de impactos socioambientales secundarios incontrolables, como son la colonización, la tala ilegal y la caza, que en última instancia conducen a la fragmentación del hábitat y a la degradación de los ecosistemas.

En un reciente testimonio ante una comisión de la Asamblea (Congreso), los funcionarios ecuatorianos, entre ellos el director de Petroamazonas, discutían la autorización para ampliar las operaciones de perforación más hacia dentro en el bloque 31 y el bloque ITT adyacente. Dado que estas zonas están dentro de un parque nacional, la Asamblea debe declarar que los proyectos son de interés nacional antes de que se pueda proceder. Para disipar los temores, los funcionarios dijeron que no construirán nuevas “vías de acceso” en los bloques 31 e ITT. En su lugar, sólo se usarían “senderos ecológicos”.

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Esta afirmación, por supuesto, plantea las preguntas, ¿qué es exactamente un sendero ecológico? y ¿es un sendero ecológico tan verde como parece? En un reciente documento presentado a la Asamblea, los funcionarios ecuatorianos describen la ruta de acceso incorporada en el bloque 31 en el año 2012 también como un “sendero ecológico”. Por lo tanto, podemos analizar las fotografías recién publicadas para determinar si esta ruta es de hecho una vía de bajo impacto, o simplemente otra vía de acceso destructiva con un nombre más verde.

Desafortunadamente, sostenemos que las seis nuevas fotografías aquí presentadas apuntan a esto último. Téngase en cuenta que la Fotografía 1 muestra a dos trabajadores que recorren el camino. Usándolos como escala, es claro que la vía es mucho más que un sendero. Más aún, la maquinaria pesada que se muestra en las Fotografías 2-6 confirma que se trata de un camino y no de un sendero.

Estas imágenes revelan otro problema fundamental: la amenaza a los Tagaeri y Taromenane, los indígenas seminómadas que viven en aislamiento voluntario en lo profundo del Yasuní. En 1999, el Ecuador creó una “Zona Intangible”, un área fuera de los límites a la extracción de crudo p,ara proteger su territorio de la frontera petrolera en expansión. Sin embargo, tememos que Petroamazonas planée extender estas nuevas vías de acceso a la misma puerta de entrada de la Zona Intangible, para perforar los yacimientos sin explotar que quedan en los Bloques 31 e ITT (véase el mapa).

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La nuevas vias petroleras abiertas adentro el Parque Nacional Yasuni, en los bloques 12 y 31. La lineas punteadas marcan las posibles extensiones de las vias hacia el campo petrolero Obe (31) y Tiputini (ITT)

Petroamazonas ya ha demostrado que no tiene problemas en la construcción de nuevas vías de acceso a través de bosques primarios megadiversos. Además del bloque 31, han estado construyendo nuevas rutas al norte del parque en otra concesión conocida como Bloque 12. Nuestro reciente análisis de imágenes de satélite revela que Petroamazonas ha construido 13 kilómetros de nuevas vías de acceso en el Bloque 12 entre 2009 y 2011. La nueva carretera más al sur está a sólo 2,5 km del límite del Parque Nacional Yasuní y menos de 5 km de la renombrada Estación de Biodiversidad Tiputini. Esta estación es uno de los centros de investigación más importantes en la Amazonía, pero sus estudios científicos ya se han visto afectados por la contaminación acústica industrial de las nuevas operaciones de Petroamazonas. La proximidad de la carretera a la estación facilita el acceso de cazadores que llegan a explotar la fauna en las tierras asignadas para que esta institución las maneje.

En resumen, hasta que el Ecuador proporcione información técnica detallada que demuestre lo contrario, sólo podemos concluir que Petroamazonas planea la construcción de más vías de acceso destructivas, como la documentada en las fotos recién publicadas, hacia lo profundo del Parque Nacional Yasuní.

Más información sobre el trabajo de Ivan Kashinsky y Karla Gachet se puede encontrar en:

Autores: Matt Finer, Center for International Environmental Law (Centro de Derecho Ambiental Internacional); Varsha Vijay, Universidad Duke; Eugenio Salvatore Pappalardo y Massimo De Marchi, Universidad de Padua

CITATION:
By: Matt Finer, Varsha Vijay, Eugenio Salvatore Pappalardo y Massimo De Marchi Traducido por Patricio Mena (12-11-2013).
Exclusivo: Espectaculares fotografías aéreas revelan que la construcción de carreteras en el Ecuador entra más profundamente en la selva tropical más rica de la Tierra (Parque Nacional Yasuní).

http://es.mongabay.com/news/2013/es1112-yasuni-secret-oil-road-finer.html

 

Presentación libro Yasuní: zona de sacrificio

Presentación del libro
Yasuní: zona de sacrificio.
Análisis de la iniciativa ITT y los derechos colectivos indígenas.

Coordinadores:
Iván Narváez, Massimo De Marchi y Salvatore Eugenio Pappalardo

Yasuní: zona de sacrificio. Análisis de la iniciativa ITT y los derechos colectivos indígenas.

Yasuní: zona de sacrificio.
Análisis de la iniciativa ITT y los derechos colectivos indígenas.

Intervendrán:

Alberto Acosta, profesor investigador de FLACSO Ecuador
Daniyar Sulca, estudiante de la Maestría en Políticas Públicas de FLACSO Ecuador
Juan Carlos Franco, antropólogo
César Nihua (Moipa), dirigente Waorani
Iván Narváez, profesor investigador de FLACSO Ecuador y coordinador de la obra

Vino de honor

Fecha: Martes, 22 de octubre de 2013
Hora: 18h00
Lugar: Hemiciclo FLACSO
Dirección: La Pradera E7-174 y Av. Diego de Almagro

Antropólogos identifican más ‘aislados’ en el Yasuní

Un colectivo de antropólogos cuestionó el informe de viabilidad jurídica que presentó el Ministerio de Justicia como parte de los insumos que usó la Asamblea Nacional para autorizar la explotación petrolera en los bloques 31 y 43, ubicados en el Parque Nacional Yasuní.

Ivette Vallejo, antropóloga especializada en Amazonía y Derechos Colectivos, expuso que el grupo encontró una serie de supuestas inconsistencias teóricas, conceptuales, metodológicas y técnicas.

“El informe está direccionado a argumentar la viabilidad de la explotación petrolera en el Yasuní-ITT a partir de concluir en la no presencia de pueblos indígenas aislados en los bloques 31 y 43”, refirió Vallejo.

La antropóloga añadió que en el estudio de Justicia se reducen a tres los pueblos indígenas aislados cuando otras fuentes del Plan de Medidas Cautelares del Ministerio del Ambiente revelarían la existencia de cuatro grupos, mientras que otros análisis mencionan hasta siete.

Su colega Katty Álvarez, investigadora en la cuenca baja del Amazonas, expuso que se han identificado grupos de familias de pueblos indígenas no contactados. Así, por ejemplo, existiría el grupo iwene, conocido como ‘la gente de los cocos’, en los bloque 14 y 17.

Hacia la frontera con Perú estaría el grupo feromenani, que tendría como principal característica anatómica que el lóbulo de las orejas es pequeño, siendo muy similar a los tagaeris, afirmó la investigadora.

Estos grupos están entre la cuenca del Napo y el Tigres. Más al sur, en cambio, habría otro grupo en aislamiento llamado pananjuri, de tronco lingüístico arabela.

Los antropólogos esperan entregar el extenso análisis con las recomendaciones a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que ya ha manifestado su preocupación por estos indígenas.

[Fuente: el Universo]
Veér el informe preparado por Geoyasuni

Carta a la Asemblea – Documento de l@s antropolog@s de Ecuador

 Quito, 16 de septiembre de 2013

Comisión de Biodiversidad Asamblea Nacional
[bajar el documento en PDF]

Presente

De nuestras consideraciones:

Desde el Colectivo de Antropólogas y Antropólogos del Ecuador vemos con preocupación el que la Asamblea se apreste a declarar de interés nacional la explotación petrolera en los bloques 31 y 43 en el Parque Nacional y Reserva de Biósfera Yasuní. Además de los impactos ambientales y la pérdida de la biodiversidad en dicha zona de aprobarse la explotación, nos preocupa la situación de los Pueblos Indígenas Aislados y el riesgo de etnocidio al que se los estaría conduciendo, por ser pueblos que dependen de las condiciones de los recursos de la naturaleza existentes en sus territorios, para su subsistencia.

Conforme la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la Asamblea General de Naciones Unidas (Artículo II, Resolución 260 de 1948), se entiende por Genocidio “a cualquiera de los actos perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, por matanza de miembros del grupo, lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo, sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial”. El etnocidio se entiende como genocidio cultural (muerte cultural), y según la UNESCO (1981) en la Declaración de San José, se la define como “un delito de derecho internacional al igual que el genocidio”.

Más precisamente “el etnocidio consiste en la represión, deslegitimación o exterminio de los rasgos culturales de los pueblos indígenas y afro descendientes aunque sus miembros sobrevivan como individuos. Provoca la muerte de la diversidad cultural, implica la lenta desaparición de la especificidad de los hombres y de los pueblos” (Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). Etnocidio. San José, 2006).

Según la Constitución del Ecuador de 2008 (Art 57) se establece que el Estado “adoptará medidas para garantizar sus vidas, hacer respetar su autodeterminación y voluntad de permanecer en aislamiento y precautelar la observancia de sus derechos. La violación de estos derechos constituirá delito de Etnocidio, que será tipificado por la ley”. 2

Como consta en la Ley Reformatoria al Código Penal de la República del Ecuador (2009), que tipifica el delito de Genocidio y Etnocidio, se agrega antes del Art 441 del Código Penal (Título VI, Libro II Cap. De los Delitos de Genocidio y Etnocidio” se entiende sobre este tipo de delito a “ quien con propósito de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico (…)”, “perpetre algunos de los siguientes actos: “quien ocasionare la muerte de sus miembros”, “quien ocasionare lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo (…)”, “quien sometiere intencionalmente al grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial (…)”; “quien irrespetare la autodeterminación de un grupo nacional, étnico, racial (…),” “o su voluntad de permanecer en aislamiento voluntario incurrirá en delito de etnocidio”, “quien realizare con consciencia de que puede producirse la desaparición total o parcial de grupos humanos, actividades tendientes a influir, alterar o de cualquier manera cambiar la cultura, forma de vida, o identidad de los pueblos en aislamiento voluntario (…)”.

Cabe enfatizar como criterios de vulnerabilidad para el etnocidio: 1) dimensión demográfica (pueblos minoritarios y en el límite de su posibilidad de reproducción biológica), 2) disponibilidad de espacio vital (carencia de territorio para su reproducción material y agresiones sobre sus territorios), 3) agresión física y cultural 4) factores geopolíticos (pueblos en áreas fronterizas, 5) disponibilidad de alimentos, frecuentemente asociada a la posesión de espacios vitales de una dimensión suficiente para sustentar modos de producción itinerantes, 6) decantación de la cultura y destrucción del tejido social (Tomado de Entre el Etnocidio y la Extinción. IWGIA, 2010). Al hablar del etnocidio que se podría estar cometiendo con la explotación de los bloques 31 y 43 en el Yasuní, hay que tener en cuenta que estamos frente a un “contexto de situaciones forzadas”, donde hay grandes asimetrías por el hecho de que los Pueblos Aislados (tagaeri, taromenani y otros pueblos que no son parte del tronco etnolingüistico wao) que transitan entre las fronteras de Ecuador y Perú, y que estarían sometidos a un contexto de falta de control sobre las transformaciones ambientales, tecnológicas, sociales y económicas que se estarían conduciendo desde el Estado, y otros actores.

Entre la normativa internacional de la cual el Estado Ecuatoriano es suscriptor, mencionamos, el Convenio 169 de la OIT (1989) que entre otros derechos reconoce la relación especial que tienen los indígenas con las tierras y territorios que ocupan o utilizan de alguna otra manera y, en particular, los aspectos colectivos de esa relación; la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas (2007) que reconoce a los pueblos indígenas el derecho a la libre determinación. Subrayamos el artículo 7 de la Declaración que establece que los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo a vivir en libertad, paz y seguridad como pueblos distintos y no serán sometidos a 3

ningún acto de genocidio ni a ningún otro acto de violencia; tienen derecho a no ser sometidos a una asimilación forzada ni a la destrucción de su cultura (Art 8), y a no ser desplazados por la fuerza de sus tierras o territorios (Art 10) y a mantener y fortalecer su propia relación espiritual con las tierras, territorios, aguas, y otros recursos que tradicionalmente han poseído u ocupado y utilizado (Art 25).

Sería lamentable que desde la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional se acoja el Informe del Ministerio de Justicia que descarta la presencia de Pueblos Indígenas Aislados en los bloques 31 y 43; lo que es sostenido también desde otras instancias gubernamentales; esto con el fin de acelerar la aprobación de la explotación petrolera, sin que se cuente con documentación analítica y los suficientes estudios antropológicos y de monitoreo técnico que den cuenta en proceso y no de manera situacional sobre los patrones de movilidad, territorialidad, prácticas de subsistencia, condiciones de habitabilidad, y vulnerabilidad de los Pueblos Indígenas Aislados.

Si bien, a lo largo de los seis años de la Iniciativa Yasuní ITT, dentro de la difusión internacional de esta iniciativa posicionada como emblemática, se utilizó además de los distintos argumentos ambientales como enfrentar el cambio climático, la idea de la protección de los Pueblos Indígenas Aislados. Esto con el fin de convocar a la co-responsabilidad de los países del mundo. Es grave que actualmente se esté cambiando de discurso.

Desde el Decreto Ejecutivo No. 74, del 15 de agosto de 2013 que da por terminada la Iniciativa Yasuní ITT, el discurso gubernamental ha dado un giro, revirtiendo la observancia de varios artículos de la Constitución vigente. Resulta altamente preocupante el hecho de que se efectivice la explotación petrolera en el bloque 43, pudiendo generar impactos ambientales en una zona frágil por su alta biodiversidad, ampliando aún más el deterioro ocasionado en el ya intervenido Parque Nacional y Reserva de Biósfera Yasuní con la presencia de varios de los bloques con actividad extractiva (14, 16, 17) operados por varias empresas petroleras, y más recientemente el 31 operado por PetroAmazonas. Es evidente que la explotación en el bloque 43 vulnerará y pondrá en riesgo la vida de los Pueblos Aislados Tagaeri – Taromenane, situándolos al límite del etnocidio.

Cabe recordar a los y las Asambleístas que el Estado ecuatoriano tiene responsabilidades y obligaciones según lo dispuesto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el 2006, con relación a precautelar la vida de los Pueblos Indígenas Aislados. Así mismo, la Constitución en el artículo 57 establece que “los territorios de los pueblos en Aislamiento voluntario son de posesión ancestral, irreductible e intangible y en ellos estarán vedadas todo tipo de actividades extractivas”. El Estado por tanto está llamado a precautelar esta intangibilidad e irreductibilidad que garantizan la vida de estos pueblos, y 4

que por ningún motivo, ni siquiera por “interés estratégico nacional” podrían ser menguadas.

Conforme a este mandato constitucional el Estado, los/as funcionarios/as de las distintas carteras de gobierno, como los/as Asambleístas deberían dar cumplimiento a la adopción necesaria de medidas que garanticen la vida de los Pueblos Indígenas Aislados. Se requiere por tanto, y recomendamos como antropólogas/os, que exista una distinción entre los mapas de territorialidad y mapas de presencia de Pueblos Indígenas Aislados. Para ello se necesita un análisis exhaustivo, procesual y fundamentado de los patrones de movilidad, condiciones de habitabilidad, e itinerancia de los Pueblos Aislados, así como de sus zonas de tránsito considerando que en su carácter semi-nómada tienen amplios desplazamientos territoriales, en la búsqueda de cotos de caza (de provisión de alimentos como animales de monte para cacería), espacios de fructificación de palmas como el morete y la chonta, por lo que su movilidad está asociada a patrones de estacionalidad, los cuales hasta el momento no han sido identificados a plenitud.

Se ha detectado el tránsito y uso tradicional del territorio de Pueblos Aislados en zonas de los bloques Armadillo, bloque 17 (PETROORIENTAL), bloque 14 (PETROORIENTAL), bloque 16 (REPSOL YPF), bloque Tiwino (PETROBEL), bloque 31 (PETROAMAZONAS) con presencia de operadores petroleros, y comunidades kichwas y waorani donde se han suscitado encuentros y hechos violentos, lo que se podría explicar por su requerimiento de ciertas herramientas o inclusive de productos sembrados (yuca y otros). Existen indicios de relaciones mantenidas entre clanes taromaneni y waorani, como por ejemplo en la zona aledaña al bloque 16 (caso de relaciones de intercambio expuestas en el video de la narrativa de Ompore posteriormente muerto lanceado). Existe información de pobladores waorani de las comunidades cercanas que reportan su movilidad y desplazamiento a lo largo de lo que ha sido para los waorani su territorio tradicional comprendido entre los ríos Napo (Doroboro) y el Curaray (Ewengono) conforme la lengua waoterero.

Cabe considerar que en estudio efectuado en el 2006, el Antropólogo Jorge Trujillo en Informe de Consultoría para el Ministerio de Ambiente “Formulación de Políticas, Definición de Acuerdos y Elaboración de Regulaciones para la Zona Intangible Tagaeri-Taromenane”, menciona que en el Estudio de Impacto Ambiental para la ejecución de la sísmica del bloque 31 (del cual fue parte como investigador) se dio cuenta de la existencia de los “taromenga” en la zona y que estos grupos utilizan las formaciones de moretales de la Cuenca del Nashiño como cotos de caza. Así mismo, el Informe Técnico sobre la Situación de Obe y Nashiño del Plan de Reparación Ambiental y Social (PRAS-MAE, 2008), establece que por sobrevuelo realizado por el Ministerio de Ambiente con apoyo del Ministerio de Defensa realizado en diciembre de dicho año, se avistaron 2 casas localizadas 5

de forma separada, una parcialmente destruida y una en buenas condiciones, con lo que revelan presencia de clanes de Pueblos Aislados en la zona.

Los sectores comprendidos por los bloques 31 y 43 tienen una vegetación predominantemente constituida por formaciones de moretal, tierras bajas inundables donde la especie vegetal predominante es la mauritia flexuosa, llamada tradicionalmente morete. “Esta palma establece grandes formaciones sobre tierras anegadas y su fructificación es un determinante en la movilidad de los Indígenas Aislados, ya que atrae a gran cantidad de presas de cacería” (tomado de Plan de Reparación Ambiental y Social – PRAS – MAE, Informe Técnico sobre la situación de Obe y Nashiño, 2008).

Por estas condiciones podríamos considerar que al tener una menor intervención de terceros pueden estar funcionando como “zona de refugio”, de resguardo, como espacio de provisión de recursos de cacería, frutos y semillas o simplemente pueden ser su zona de uso y movilidad tradicional.

Entre los criterios antropológicos que deben entenderse y considerarse con respecto a Pueblos Indígenas Aislados, en la definición de áreas de presencia y movilidad se debe incluir: las evidencias de los hechos de violencia suscitados en los últimos 10 años; los espacios en que marcan sus territorios con lanzas y quiebre de ramas; los ataques realizados desde la década del 70 en los sectores de los ríos Tivacuno, Tiputini, Shiripuno, Tiguino que deben ser marcadores de presencia de Pueblos Indígenas Aislados; así mismo, las zonas donde pobladores waorani han identificado la presencia de huellas e incluso han reportado encuentros. Por tanto, estas distintas zonas deben ser consideradas dentro de un proceso de planificación territorial serio, que respete los derechos de estos pueblos altamente vulnerables y sobre los cuales al hablar de territorialidad se debe observar el principio de precaución, lo que significa adoptar medidas protectoras antes de contar con pruebas científicas completas de riesgo, a fin de prevenir daños irreparables.

Preocupa que el Ministerio de Justicia asegure enfáticamente que los pueblos contactados no están en el ITT y que desde la Coordinación del Plan de Medidas Cautelares, en exposición ante la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional el miércoles 4 de septiembre de 2013, se haya presentado un Mapa totalmente diferente al elaborado por el Ministerio de Ambiente en el 2010 y remitido por la Procuraduría General del Estado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 23 de abril del presente año. El mapa vigente hasta hace menos de 5 meses se habría transformado en uno nuevo remitido el 22 de agosto desde el Ministerio de Justicia al Secretario Jurídico de la Presidencia. Este último ya no muestra cuatro grupos con distinta área de movilidad, sino que se reduce a tres: 1) Grupo Tivacuno, 2) Grupo Cuchiyacu, 3) Grupo Nashiño/ Curaray, ubicándoselos 6

más al sur, y con ello justificando de manera apresurada que al no haber señales de presencia de los Pueblos Aislados en los bloques 31 y 43, se autorice la exploración en el bloque Ishpingo, Tambococha, Tiputini ITT.

Llama la atención que la nueva producción cartográfica que se supone es producto de un proceso de monitoreo, no haya sido difundida previamente, y que ahora estratégicamente, por una parte se borre el grupo Armadillo, zona donde en algún momento inclusive se planteó desde el Plan de Medidas Cautelares antes con sede en el Ministerio de Ambiente, que no debería permitirse actividad petrolera por evidencias de presencia de pueblos aislados, sin embargo se hizo caso omiso; por otra parte, al grupo Nashiño, antes ubicado en las inmediaciones del bloque 31, actualmente se lo de desplaza más hacia el río Curaray; lo que explica el interés de borrar a los Pueblos Indígenas Aislados de los lugares de interés extractivo.

Instamos a la Comisión de Biodiversidad responsable de condensar los Informes de las Comisiones de Derechos Colectivos y Justicia, que antes de pasar a primer debate en la Asamblea Nacional, se efectúe lo siguiente:

 El Ministerio de Justicia clarifique los estudios antropológicos efectuados y los informes técnicos con los cuales afirman la no presencia de clanes de Pueblos Aislados en los bloques 31 y 43.

 Se conforme una Comisión Científica de Amazonistas, independiente, no establecida por el gobierno y con expertos regionales en Pueblos Indígenas Aislados y en coordinación con el Relator Especial para los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas, James Anaya, para que emitan criterios de validación de los argumentos presentados por el Ministerio de Justicia. De esta manera, se podrá tener mayor certeza sobre los procedimientos científicos desarrollados para el monitoreo e investigación en ambos bloques (31 y 43), como en las demás zonas del Parque Nacional y Reserva de Biósfera Yasuní.

Entregamos junto a esta carta un Pronunciamiento efectuado sobre la Problemática de los Pueblos Aislados, y que cuenta con un total de 68.828 adhesiones recabadas a través de dos campañas electrónicas: la primera realizada en Change.org con 497 adhesiones (http://www.change.org/es/peticiones/que-el-estado-ecuatoriano-proteja-la-vida-y-derechos-del-pueblo-taromenani); la segunda, en Salva la Selva con 67.731 (https://www.salvalaselva.org/mailalert/918/selva-para-los-pueblos-aislados-del-ecuador), esto más 600 firmas recogidas físicamente.

El Pronunciamiento fue efectuado para solicitar al gobierno una acción decidida para no dejar en la impunidad sucesos de muerte y exterminio de los Pueblos Indígenas Aislados 7

(Taromenani) ocurridos entre 2003 y 2013; que se esclarezcan los distintos factores coadyuvantes vinculados precisamente a las actividades intrusivas en el Yasuní (extracción petrolera, explotación forestal ilegal, construcción de ejes viales, entre otras); que se implemente una Política de Protección de los Pueblos Indígenas Aislados que cumpla de manera efectiva con las Medidas Cautelares y estándares internacionales en la materia y que se cumpla con las disposiciones constitucionales.

Les recordamos que han pasado 5 meses desde que circuló información sobre el ataque de Waorani de comunidades del bloque 16 en contra de familias en aislamiento Taromenane. Al respecto, si bien la Fiscalía se encuentra en un proceso de indagación previa, y existe una Comisión conformada mediante Decreto Ejecutivo para investigar los sucesos y generar recomendaciones, todavía no existe un pronunciamiento oficial. Es incomprensible que en este proceso que el Ministerio de Justicia haya permanecido en total silencio sin aclarar sus acciones y omisiones y sin presentar públicamente las acciones que implementó desde el día en que se conoció del ataque de Aislados en contra de dos ancianos Waorani en la comunidad de Yarentaro, lo que desencadenó los referidos sucesos posteriores.

En espera de que se dé atención a lo solicitado, nos despedimos,

Atentamente,

Colectivo de Antropólogas y Antropólogos de Ecuador

Científicos y Científicas Preocupados por el Yasuní

Declaración revisada sobre el Parque Nacional Yasuní

23 de septiembre de 2013
En 2010, un grupo de científicos y científicas publicó en la revista científica PLOS ONE la primera síntesis integral y revisada por pares con datos sobre la biodiversidad del Parque Nacional Yasuní. 1 Ese estudio concluía que Yasuní tiene a) una excepcional importancia mundial para la conservación debido a su extraordinaria biodiversidad y b) el potencial para mantener esta diversidad biológica en el largo plazo si no es degradada por actividades humanas tales como el desarrollo petrolero y las vías que lo acompañan.
Aquí los Científicos y Científicas Preocupados por el Yasuní revisamos los hallazgos clave del estudio del 2010 sobre la riqueza de especies y presentamos nueva información obtenida en los tres años y medio que han transcurrido desde su publicación, y reafirmamos una serie de recomendaciones basadas en investigaciones
científicas.

El grupo de Científicos y Científicas Preocupados por el Yasuní consiste de mas de 100 personas dedicadas a la ciencia del Ecuador y del mundo (Alemania, Austria, Bélgica, Bolivia, Brasil, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Gran Bretaña, Italia, México, Panamá,Paraguay, Perú, Suiza e Turquía) con experiencia en el parque.
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La Asamblea ecuatoriana está al momento discutiendo la propuesta del Presidente Rafael Correa de abrir la remota sección noreste del Parque Nacional Yasuní, las áreas conocidas como bloques petroleros 31 e ITT, a una operación de perforación de petróleo potencialmente masiva. Teniendo en cuenta que le área está dentro del parque, la Asamblea deberá declarar los proyectos como de interés nacional. El nuevo y agresivo empuje de explotación petrolera del Presidente Correa viene tras su anuncio del fracaso de la iniciativa de búsqueda a escala internacional de compensación financiera a cambio de dejar el petróleo bajo tierra.  [ bajar el documento completo ]

Plan B y deforestación: nuevos datos del proyecto Terra-i

De acuerdo con datos de la ONU Ecuador tiene la taxa más alta de deforestación de todo el continente suramericano desde el año 2000, perdiendo el 1.8% de bosque primario cada año. 

Datos recientes, producidos por el Proyecto Terra-i y publicados por Rhett A. Butler en un articulo del portal mongabay.com (4 de septiembre, 2013), muestran relación entre deforestación y los nuevos proyectos hidrocarburiferos en la Amazonía Ecuatoriana (RAE). En particular en el area más oriental del Yasuní, en la zona de los bloques 15, 31 (Petroamazonas) y ITT (Secretaria de Hidrocarburos). El sistema de monitoreo, mediante la elaboración de datos tele-relevados (remote sensing technologies), evidencia que entre Enero y Marzo 2013 alrededor de 2/3 de la deforestación en Ecuador se concentra en los ecosistemas de Tierras Bajas de la Amazonia. Y casi 5,000 hectarias de Bosque Humedo Tropical se han deforestado solo en el area del Parque Nacional Yasuní. Así que, contrariamente a cuanto se afirma usualmente sobre el bajo impacto de la producción petrolera en la cobertura forestal, se manifiesta una relación directa entre abertura de nuevas vias, realización de plataformas y deforestación del bosque primario.

En este mapa satelital los pixel rojos, naranjas y amarillos expressan perdida de cobertura forestal en tiempos recientes. 

Reciente deforestacion en el Oriente Amazonico Ecuatoriano (pixel amarillo, naranja y rojo). courtesy of Terra-i.

Reciente deforestacion en el Oriente Amazonico Ecuatoriano (pixel amarillo, naranja y rojo). courtesy of Terra-i.

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Articulo original en inglés:

Data released this week by Terra-i, a collaborative mapping initiative, shows thatdeforestation in Ecuador for the first three months of 2013 was pacing more than 300 percent ahead of last year’s rate. The report comes shortly after Ecuadorean President Rafael Correa killed off a proposed plan to prohibit oil drilling in Yasuni National Park in exchange for payments equivalent to half the value of the park’s unexploited oil reserves.

Terra-i, a collaboration between the International Center for Tropical Agriculture (CIAT) in Colombia, The Nature Conservancy (TNC), the School of Business and Engineering (HEIG-VD) in Switzerland and King’s College London (KCL), uses NASA satellite data to detect deforestation in Latin America on 16-day basis. The system shows that between Jan 1 and Mar 7 this year, some 9,075 ha of Ecuador’s forests were cleared. By comparison, 2,931 ha of forest were chopped down during the year-earlier period. Between January and March 2013, two-thirds of the loss occurred within the country’s tropical lowland forests, the most carbon-dense and species-rich ecosystem in the country. Nearly 5,000 hectares of forest was cleared in the region where Yasuni National Park is located.

Yasuni was the centerpiece of an ambitious — and controversial — project presented by Correa to the U.N. in 2007. The plan called for a ban on oil extraction in the park in exchange for payments to leave the crude in the ground. Correa had sought $3.6 billion in contributions — equivalent to roughly half the value of the 846 million barrels of oil estimated to lie under the rainforest reserve — but managed to raise only $13 million in deposits (some $330 million was pledged). Contributions came mostly from private donors and the U.N.
The failure to attract intergovernmental institutions and governments was effectively a nail in the coffin for the concept, which banked on the desire of Western governments to keep 407 million metric tons of carbon dioxide out of the atmosphere while protecting an area of forest that scientists say may be the richest in the Amazon. The biggest setback came in June 2011 when Germany pulled out of a $50 million commitment to the program. Since then, progress on the initiative has largely stalled. Chief stumbling blocks were concerns over how Ecuador would use the funds generated under the initiative, risk of political instability, and whether Correa would abide by his promises.

According to U.N. data, Ecuador had one of the highest rates of deforestation in South America during the 2000′s, losing 1.8 percent of its forest cover annually.

 

(Rhett A. Butler, September 04, 2013)